Complejo residencial cooperativo realizado en dos fases, de 72 y 92 viviendas respectivamente con el que se pretendía crear ciudad en la zona de ensanche de Castellón, primando la calidad del diseño con costes de construcción contenidos.
Se optó por un juego de volúmenes maclados entre sí recurriendo a fachada ventilada. Todas las viviendas disponen de una terraza de más de 9 m2 y casi 3 metros de vuelo, de forma que permite albergar mesa de forma cómoda, generando por tanto un salón exterior.